No hace falta que os entienda para saber qué queréis decir...
No necesitáis que os llame ni que os pida cariño... lo dáis a vuestra forma, en vuestra medida...
A veces me asomo a la ventana y con vuestro olor me hacéis experimentar algo parecido y tan bueno como una sonrisa... plantas... otras me alegráis la vista e incluso me pedís que os cuide mostrando vuestras ojas marrones o sustrato seco...
A veces me asomo a vuestra jaula y corréis al lado de la puerta a ver si os toco, os echo de comer... o simplemente os hablo. Me orisqeáis, me cogéis con las manitas... me alegra veros bien, con vuestra agüita y comidita, vuestros caprichos y demás... pequeños roedores incansables deportistas sobre ruedas de plástico...
A veces me asomo a vuestra jaula y corréis al lado de la puerta a ver si os toco, os echo de comer... o simplemente os hablo. Me orisqeáis, me cogéis con las manitas... me alegra veros bien, con vuestra agüita y comidita, vuestros caprichos y demás... pequeños roedores incansables deportistas sobre ruedas de plástico...
Otras veces me dáis con las lenguas y pezuñas, a veces parece que me abracéis e incluso lancéis miradas cómplices... a veces, sé lo qué pedís y entiendo lo que necesitáis. Cuando os paseo os veo jugar, me hacéis participe en la mayoría de las ocasiones... cuando os curo, no lo entendéis y os duele, pero sabéis que es por vuestro bien y me dejáis, me miráis con ternura y me acariciáis... Mis perritos, fieles e incondicionales...
A veces no me siento tan sólo, a veces me siento muy querido y aunque una parte de mi echa de menos algo, necesita algo más... la otra parte me dice que soy afortunado de sentirme querido.
A veces, nuestra compañia y deshaogo está más cerca de lo que queremos ver.
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